¡Hola nablers! ¿Cómo estáis?, desde Nabla Differential Wear estamos encantados de estar con todos vosotros para explicaros nuestro tercer diseño, bautizado como “Genetic Revenge”.
Este diseño gira en torno a la figura de Rosalind Franklin, quien, como muchos sabréis, fue una afanada científica inglesa. Nació en Londres en 1920, en una época dura para una mujer inteligente y con inquietudes, ya que la sociedad le cerraba muchas puertas que solo consideraba aptas para los hombres.
A pesar de los intentos de su padre, un acaudalado banquero, por dirigir su vida hacia un destino más tradicional, Rosalind se licenció en química, y obtuvo su Doctorado en Química Física en 1945 a partir de trabajos sobre el carbón. Tras unos años de trabajo en París, donde se especializó en cristalografía, en 1951 se convirtió en investigadora del King’s College de Londres.
Rosalind era una mujer de carácter y que poco se esforzaba en alimentar el ego de sus compañeros hombres. Uno de ellos, compañero de departamento en el King’s College, era Maurice Wilkins, quien al parecer tachaba a Rosalind era “poco femenina” y “conflictiva”. La verdad es que el director de la unidad de investigación de ambos, John Randall, puso a Rosalind a trabajar en el mismo campo que Wilkins, lo que favoreció una enemistad que duraría toda la vida. El campo de investigación de ambos se centraba en la molécula de ácido desoxirribonucleico (ADN), conocida como la “molécula de la vida”, ya que es la que contiene nuestro código genético.
Rosalind estuvo, durante este tiempo, perfeccionando la técnica de la captación de imágenes cristalográficas mediante la técnica conocida como difracción de Rayos X. Fruto de ese trabajo consiguió tomar fotografías de una molécula de ADN, en una de las cuales se podía adivinar que la misma tenía forma de doble hélice. Esta es la famosa “Imagen 51”.
En esa época, en Europa había un foco de investigación sobre la molécula de ADN, y varios equipos se esforzaban por adivinar su estructura y propiedades. Entre ellos estaban Linus Pauling, James Watson, Francis Crick, así como los equipos del King’s College de Franklin y Wilkins.
Al parecer, James Watson solicitó ayuda a los investigadores del King’s College para desarrollar una teoría conjunta, a lo que, también al parecer, Rosalind Franklin se opuso.
Parece ser cierto que, ante esta situación, y teniendo en cuenta su manifiesta enemistad con Franklin, Maurice Wilkins enseñó la famosa Imagen 51 a James Watson y, en base a la información contenida en ella, Watson, junto a Crick, redirigieron su línea de investigación, lo que les permitió, en marzo de 1953 publicar un trabajo en la revista Nature sobre la estructura en doble hélice de la molécula de ADN.
Al mismo tiempo, Rosalind Franklin se trasladó al Birkbeck College. Al parecer el aire machista del King’s College y su desgastada relación con Wilkins le ayudó a tomar la decisión unos meses antes. Allí siguió estudiando, mediante técnicas cristalográficas, el ADN y el ARN (ácido ribonucleico), pero su principal línea de investigación junto a su pupilo Aaron Klug fue desde entonces el virus del tabaco.
Rosalind falleció en 1958 por un cáncer de ovario que pudo ser provocado por su continua exposición a los Rayos X con motivo de sus laboriosas investigaciones. El caso de Rosalind Franklin se suele exponer como un ejemplo de hurto de mérito profesional y falta de reconocimiento a la labor investigadora, con el argumento de que, gracias a su Imagen 51, Watson y Crick pudieron reorientar su línea de investigación y finalmente publicar trabajos en los que se definía la doble estructura de hélice de ADN antes que la propia Rosalind.
Además, Watson, Crick y Wilkins recibieron el premio Nobel en 1962, no solo por sus trabajos en el ADN, sino por toda su carrera investigadora, aunque parece evidente que esos trabajos sobre el ADN tuvieron un gran peso en la consecución del premio.
Es cierto que para entonces Rosalind Franklin había fallecido y nunca se ha propuesto u otorgado el Premio Nobel a título póstumo, pero no es menos cierto que sus compañeros no reconocieron la contribución de Rosalind hasta años más tarde.
Con todos estos datos, y abrazando el romanticismo que genera la figura de Rosalind Franklin, en Nabla Differential Wear hemos querido homenajear a esta singular y genial científica imaginando una historia de buenos y malos, en la que, obviamente, Rosalind Franklin es la buena, y sus colegas ganadores del Nobel son los malos.
En nuestro diseño para camiseta científica, Rosalind aparece sonriente sobre una molécula de ADN, con su preciada Imagen 51, que ha recuperado de las garras de sus archienemigos Wilkins y Watson, a los cuales, con una maniobra digna de una integrante de la “Bella Fuerza V” consigue atrapar y encerrar entre los barrotes generados por los puentes de hidrógeno que unen los pares de bases nitrogenadas de esta notable molécula.
¡Pensamos que Rosalind se merecía una honorable venganza, y estamos muy orgullosos de creer haberlo conseguido con “Genetic Revenge”!
Gracias por vuestra atención nablers, y recordad, ¡TODO ES HUMOR, TODO ES CIENCIA!!
Escrito por Valentín Ruiz, Ingeniero Industrial, vruiz@nablashop.com.